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Asociación de Psicopatología y Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (APPIA)

SEMINARIO “TRATAR CON PALABRAS O SEA LETRAS” - 2014

Seminario con la Psicoanalista Tamara Steren

“Tratar con palabras o sea letras.”

“Pero Mallarmé le rinde culto a las veinticuatro letras, al lenguaje… A Mallarmé le interesa la manera en que se combinan las letras. Para él, lo que cuenta es la magia… La magia está en el hecho de que con veinticuatro letras se describe el mundo entero. Ese es el milagro, ¿no es así?”.

Un Mallarmé para los analistas.

Octave Mannoni*

“A nosotros los legos, siempre nos intrigó poderosamente averiguar, de dónde, esa maravillosa personalidad, el poeta, toma sus materiales… y cómo logra conmovernos con ellos, provocar en nosotros “unas excitaciones”, de las que, quizás, ni siquiera nos creíamos capaces… ¡Si al menos pudiéramos descubrir en nosotros o en nuestros pares una actividad de algún modo afín al poetizar!... Y en verdad, esa perspectiva existe; los propios poetas gustan de reducir el abismo entre su rara condición y la naturaleza humana universal: harto a menudo nos aseguran que en todo hombre se esconde un poeta; y que el último poeta sólo desaparecerá con el último de los hombres.”

El creador literario y el fantaseo. Conferencia  6.12.1907

Sigmund Freud*

En Escritos – “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”; refiere Lacan*:

     “Pido excusas por parecer deletrear yo mismo el texto de Freud, no es solamente para mostrar lo que se gana sencillamente con no amputarlo, es para poder situar sobre puntos de referencia primeros, fundamentales y nunca revocados, lo que sucedió en el psicoanálisis…El retorno al texto de Freud muestra por el contrario la coherencia absoluta de su técnica con su  descubrimiento, imposible de oscurecer en su momento original.”

      “…que más allá  de esa palabra, es toda la estructura del lenguaje lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente…Pero esa letra, ¿cómo hay que tomarla aquí? Sencillamente, al pie de la letra. Designamos como letra ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje…”.

     “No se trata de saber si hablo de mí mismo de manera conforme con lo que soy, sino si cuando hablo de mí, soy el mismo que aquel del que hablo”.

     Ella se encerró en el baño. Es la primera vez que escucho llorar a mi madre. Ella llora la muerte de su padre, mi abuelo. Del otro lado de la puerta, yo, una niña, no sé qué hacer. La casa está vacía y silenciosa. Un silencio que me abruma y contrasta con el llanto de mi madre. Estoy quieta, casi inmóvil. No sé qué hacer. Espero en silencio. Se abre la puerta y ella sale; maquillada. Los colores resaltan aún más su llanto oculto. Pasa por mí, como si yo no estuviera allí. Ella vuelve a sus quehaceres. Yo salgo corriendo a la vereda, entorno la puerta y me siento en el zaguán, sola. Mi madre precisa estar sola.

     Estoy en casa. Me encierro en el baño y lloro amargamente. Lloro la muerte de mi madre. Preciso estar allí, que nadie escuche, que nadie vea. Del otro lado de la puerta, la niña que fui. Me miro al espejo sin verme. Contorno algunas líneas coloridas, tenues. Sé que si lo hago en exceso quedaría como la máscara de mamá. Salgo del baño, enciendo la cocina y pongo agua a calentar; preciso tomar un café, algo caliente, pues siento mucho frio. Resuenan en mí las letras de María Gabriela Llansol*: “Chove torrencialmente no texto”… Llueve torrencialmente en el texto… Vuelvo a mis quehaceres. Oficio: analista.

     El pequeño Juan tiene cinco años. Está sentado frente a mí. En un lenguaje claro y simple me cuenta lo que le sucede. Aprieta, estruja contra sí un almohadón. A veces sus ojos se llenan de lágrimas. Ese día no lloró… Habló largamente. Después de un espeso silencio, le digo que podemos continuar en nuestro próximo encuentro. Me dice que sí; que prefiere continuar en la próxima. Le parecía que había hablado todo…

Y escribe Maurice Blanchot* en: “La palabra analítica”:

     “…Extraña experiencia: por más puramente que creamos pensar, siempre es posible oír en este pensamiento resonancia de los accidentes de la historia original del pensador, y oír este pensamiento, comprenderlo, a partir de los accidentes oscuros de su origen. Al menos, tenemos eso, esta certeza acerca de nosotros mismos, el saber de aquello que nos es más próximo e íntimo, y si ya no tenemos el pensamiento puro, en su lugar sentimos una astilla que molesta en la carne, al habernos remontado hacia esos primeros momentos en los que algo, que quedó fijado en nosotros, nos atrae indebidamente. He allí, entonces, donde todo habría comenzado. Sí, si se tratara de momentos realmente primeros. Pero la fuerza del análisis consiste en disolver todo aquello que parece ser primero en una anterioridad indefinida: todo complejo disimula en sí a otro, y vivimos todo conflicto primordial como ya siempre vivido, vivido como otro y como vivido por otro, en consecuencia no viviéndolo  nunca, sino reviviéndolo sin poder vivirlo; es precisamente este desajuste, esta inextricable distancia, este redoblamiento y desdoblamiento indefinido lo que, cada vez, constituye la sustancia del episodio, su fatalidad desdichada, tanto como su potencia formativa, y lo vuelve inasible como hecho y fascinante como recuerdo. ¿Y es que ha tenido lugar realmente alguna vez? No importa, sólo cuenta que bajo la interrogación insistente del silencio del psicoanalista, poco a poco devengamos capaces de hablar de ello, de hacer de ello un relato, de hacer de este relato un lenguaje que recuerda, y de este lenguaje la verdad animada del acontecimiento inasible -inasible porque está siempre perdido- una falta en relación a sí mismo. Palabra liberadora que se encarna precisamente como falta y así se realiza finalmente.”

*Nota: La falta de paginación, así como de las ediciones de las referencias de los autores y libros a que hago mención, se debe sencillamente a mi deseo de transmitir el hilo de un texto. Todas ellas serán trabajadas a lo largo del seminario.

En cuanto a la evaluación, la manera en que trabajo son los efectos del propio trabajo en cada quien; que los psicoanalistas, por la propia condición del inconsciente, sabemos reconocer como un tiempo: -a posteriori-

O sea que se inicia y a medida que transcurre, a lo largo de los encuentros y lo que allí se va trabajando (al mismo tiempo) "-otra cosa-" se va generando. Sabemos como inicia; al menos tenemos la propuesta, y después el trabajo toma su propio recorrido.

O sea que un seminario pone en marcha la propia producción del seminarista que, en este momento, la convocatoria es: -Tratar con palabras, o sea letras-  Retrotrayendo la ya antigua y paradigmática "Talking Cure" ("cura de conversación"), o sea la cura por la palabra de Anna O. Historial clínico de J. Breuer (1880-1882), y que ambos, Freud y Breuer trabajarán en: Estudios sobre la histeria (1895). Trabajo que suele considerarse el punto de partida del psicoanálisis.

En cuanto a la evaluación sobre el aprendizaje que esta institución me solicita, la modalidad de la actividad son los efectos del propio trabajo en cada quien. No obstante también hay una evaluación tipo, que evalue el desarrollo del curso y la docencia.

Este seminario se desarrollará durante los meses de octubre y noviembre. Los primeros y terceros viernes de cada mes, de 11.30 a 13.00 hs. Los días: 3 y 17 de octubre y 7 y 21 de noviembre.

El costo total del seminario será de $360 para asociados de APPIA y $480 para no afiliadas/os. Se abona en Redpagos cuenta 40185, identificándose y mencionando Tamara.

Inscripciones en secretaría de APPIA a vuelta de correo-E.

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